Las personas que deciden hacerse una
ortodoncia acuden a la consulta del dentista siempre por una cuestión estética.
Desean verse con sus dientes bien colocados. Sin embargo, detrás de esta
decisión hay una parte de salud muy importante puesto que las piezas apiñadas y
mal colocadas provocan que la carga en la mordida se realice mal, por lo que
los dientes sufren más y acumulan más sarro y, a la larga, pueden provocar
enfermedades periodontales.
La colocación de los brackets no es molesta y
se tarda en poner cerca de tres cuartos de hora. La sensación inicial en la
colocación de la aparatología nunca es de dolor, sino de presión debido al
movimiento de las fibras periodontales que unen el diente con el hueso. Hay pacientes
que apenas notan la presión y, en otros casos, están molestos sólo los primeros
días. Para estos casos les recomendamos paracetamol.
A partir de ahí, el paciente tendrá que
volver una vez al mes a consulta para que le vuelvan a reactivar la fuerza de
la presión. Los tratamientos pueden durar una media de año y medio.
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